
Referencia histórica:
La primera mención sobre Choquequirao, aparece gracias a la investigación sobre el pueblo de Cachora, realizada por el historiador Cosme Bueno en 1768. Aunque recién en el siglo XIX fue dado a conocer por los franceses Eugene de Santiges (1834) y Leónce Angrand (1847). El sitio cayó luego en el olvido hasta que en 1911, Hiram Bingham, acompañado por los pobladores, visitó el lugar y llamó la atención sobre su importancia. Los trabajos de limpieza y excavación se iniciaron en la década del setenta.
El complejo arqueológico:
Choquequirao se compone de nueve sectores, entre los que destacan el centro político religioso, el sistema de fuentes y canales con acueductos, y el grupo de las portadas. Es preciso recalcar el carácter religioso de este complejo. La arquitectura se encuentra distribuida alrededor de una explanada o plaza principal, y se complementa por un muy bien conservado sistema de andenería agrícola. Los restos arqueológicos se distribuyen en la parte descendente del cerro Choquequirao y se agrupan a manera de pequeños barrios, un tanto separados entre sí, siguiendo un probable criterio de función y rango social.
El sector residencial y las andenerías:
La zona residencial se encuentra en la parte descendente, mientras que los flancos de las montañas contienen las andenerías de cultivo. Algunas de ellas tuvieron canales de riego y fueron usadas de manera permanente, mientras otras fueron, al parecer, temporales.
El sector ceremonial:
La zona ceremonial se encuentra en la parte denominada Plaza Principal, mientras que en la parte alta destaca una serie de sofisticados edificios.
Ubicación estratégica:

Ubicación:
El complejo está situado en una zona de montaña baja o ceja de selva, al noroeste del cañón del Apurímac. Alberga una ecología particular, que se caracteriza por la abundante vegetación. El clima cálido -propio de la zona- se alterna con temperaturas frías, lo cual contribuye a la diversidad de flora y fauna. Estas condiciones geográficas fueron aprovechadas de manera prodigiosa por los incas.
Antes de la intervención de COPESCO, las ruinas se encontraban cubiertas por una densa vegetación de árboles y pequeños arbustos de diversas especies, que escondían las construcciones. La investigación arqueológica en Choquequirao, se ha orientado fundamentalmente hacia la implementación de excavaciones sistemáticas, que constituyen el primer paso para acercarnos a la historia del lugar. Pero al mismo tiempo, existe el interés de dar a conocer el lugar y habilitarlo para expediciones turísticas.
Cómo llegar:

Las jornadas tienen una duración promedio de cinco a seis horas cada día. Los fuertes desniveles en la ruta, así como la dramática variación de los climas a lo largo del recorrido, lo convierten en un viaje exigente pero muy bien recompensado. Se recomienda llevar abundante líquido, sales rehidratantes y pastillas para purificar el agua.
Las instalaciones que sirven de alojamiento a los arqueólogos y trabajadores, mantienen una pequeña área que funciona como oficina y depósito de los objetos encontrados durante la excavación. El visitante puede solicitar ver los últimos hallazgos. Es casi imposible llegar a Choquequirao durante la época de lluvias (diciembre a marzo). Además, los trabajos arqueólogicos se interrumpen en esta temporada.
http://guiadelcusco.perucultural.org.pe/aventu56.htm
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